El otoño siempre trae actividades nuevas. Si hace unas semanas anunciábamos la edición 2016 de nuestro Curso de buceo OWD PADI + introducción a la Arqueología Subacuática, hoy os hablamos del programa Abierto por Obras de la Comunidad de Madrid.

A partir de hoy a las 12:00 podéis inscribiros en las visitas guiadas gratuitas a la restauración de la iglesia parroquial de Santa Bárbara, que tendrán lugar entre el 10 de octubre y el 8 de diciembre, de lunes a sábado.

Estas visitas gratuitas son una oportunidad única para conocer una de las obras más representativas del barroco madrileño. Junto a los andamios propios de la obra se han levantado otros diseñados específicamente para que el público pueda contemplar la restauración de la fachada principal de la iglesia en detalle y observar de primera mano los trabajos que se están realizando.

El recorrido se completará con una visita al interior del templo, para conocer tanto a las intervenciones que se están desarrollando actualmente como las realizadas en años anteriores.

LA IGLESIA DE SANTA BÁRBARA

En origen fue el templo del Monasterio Real de la Visitación de Nuestra Señora, conocido popularmente por los madrileños como las Salesas Reales. En un post del año pasado realizamos un breve repaso a la historia de este antiguo convento al hablar de los Pintores y escultores del Palacio de Justicia de Madrid.

 

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Este antiguo convento, del que la iglesia es el único espacio que se ha conservado intacto, fue fundado en 1748 por iniciativa de Bárbara de Braganza, esposa de Fernando VI. La finalidad de su fundación era establecer un colegio para niñas nobles y permitir a la reina contar con un refugio en el que aislarse del protocolo y alejarse de su suegra, Isabel de Farnesio, en caso de que falleciese Fernando VI.

Su construcción comenzó en 1750, concluyéndose las obras en 1757. François Carlier fue el elegido para encargarse del proyecto, aunque durante el desarrollo de las obras se ausentó en varias ocasiones de Madrid, continuando los trabajos el aparejador Francisco Moradillo, quien debió de introducir algunas modificaciones, como la inclusión de las torres en los extremos de la fachada principal de la iglesia.

El monasterio podía ser considerado un palacio, sobre todo la parte destinada a la reina. El conjunto ocupaba un inmenso espacio entre la ronda de Recoletos (actual calle Génova) y el paseo de Recoletos. Estaba formado por el convento-colegio, la iglesia, la residencia real y los jardines y huertas.

En 1758 fallece Bárbara de Braganza, y un año después Fernando VI. La muerte de los reyes transformó la funcionalidad del edificio. El Cuarto Real y el Jardín de la Reina dejaron de ser espacios cortesanos para pasar a tener un carácter monástico. Esta situación se mantuvo durante la segunda mitad del siglo XVIII y las primeras décadas de la siguiente centuria. A partir de ese momento, la desamortización y el crecimiento urbano de Madrid afectaron al complejo.

De este modo, en 1870 se produce la exclaustración de las monjas, disponiendo un decreto del Gobierno el nuevo destino del monasterio como Palacio de Justicia, pero manteniéndose el culto en la iglesia, que finalmente se transforma en parroquia en 1891.

La fachada principal

La fachada monumental del templo muestra un esquema del pórtico triple rematado por frontón, pero ampliándolo con dos cuerpos laterales que dan lugar a dos pequeñas torres, rematadas por cúpulas bulbosas, que alojan un reloj y un barómetro respectivamente. En realidad, sólo la parte central corresponde a la nave de la iglesia, que aparenta así tener mayores dimensiones.

 

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Para contrarrestar su horizontalidad la fachada se articula verticalmente con un orden gigante de pilastras, formando siete calles, ocupadas por huecos, relieves, nichos y tableros.

En la planta baja, el tetrástilo define tres huecos de paso que comunican con un pequeño nártex de entrada. Sobre el hueco central se observa un medallón circular de mármol que reproduce el emblema del monasterio: la Visitación de María a su prima Santa Isabel, realizado por Giovanni Domenico Olivieri, escultor de cámara de Fernando VI. A ambos lados dos braserillos o pebeteros queman incienso en honor a la divinidad, y en los extremos dos nichos que albergan dos grandes esculturas de San Francisco de Sales y Santa Juana Fremiot de Chantal, obra de Alfonso Giraldo Bergaz. Debajo de las hornacinas tenemos dos relieves con ángeles que sostienen las tablas de la Ley y una cruz, alusiones al Antiguo y Nuevo Testamento, obras de Olivieri.

En el tímpano se disponen los escudos de España y Portugal, y un hueco de medio punto cerrado con vidriera que ilumina el coro alto. El ático del gran frontón se remata con una cruz y a sus lados dos ángeles con guirnaldas, firmados por Alfonso Giraldo Bergaz.

Las escalinatas de acceso al templo se realizaron tras quedar la rasante de la fachada más elevada al abrir la calle de Bárbara de Braganza. Son obra de Miguel Durán.

 

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En 2015 se produjo el desprendimiento del pebetero de la torre oeste. Tras asegurarse la estructura se comprobó la necesidad de una intervención más profunda por el envejecimiento generalizado de los paramentos, cantería y elementos ornamentales. Los daños detectados se ven intensificados además por el movimiento estructural en el eje de la propia edificación.

La intervención ejecutada actualmente por la Comunidad de Madrid busca la recuperación de la configuración original de la fachada usando materiales y sistemas constructivos tradicionales, la consolidación de los elementos con riesgos de desprendimiento, y la restauración de la zona superior y las partes que por su ubicación y la necesidad de montaje de andamiaje sean también susceptibles de tratarse.

 

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El templo se organiza por medio de una planta de cruz latina, con una sola nave de dos tramos con hornacinas laterales, amplia cabecera, crucero cubierto con una cúpula sobre pechinas y coro alto a los pies. Su sencillez queda compensada por su rica decoración interior. Los altares laterales, el retablo mayor, el púlpito y los suelos fueron encargados a grandes artistas del último barroco.

 

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A estos elementos hay que añadir los monumentos funerarios de Fernando VI y Bárbara de Braganza. Sus diseños fueron encargados por Carlos III a Francesco Sabatini, ocupándose de la parte escultórica Francisco Gutiérrez y Juan León respetivamente. Ambos son considerados obras fundamentales de la escultura neoclásica española.

 

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El interior de la iglesia

El templo se organiza por medio de una planta de cruz latina, con una sola nave, amplia cabecera, crucero con cúpula de tambor sobre pechinas y coro alto a los pies. La nave se cubre con una bóveda de cañón con lunetos a los lados, soportada por medio de una serie de columnas adosadas de orden corintio, y sobre ellas una gran cornisa sujetada por modillones.

La sencillez de su planta queda compensada por su rica decoración interior. Los altares laterales, el retablo mayor, el púlpito -uno de los mejores ejemplo del Rococó conservados en Madrid-, y los suelos fueron encargados a grandes artistas del último barroco. Por su parte, los sepulcros de los reyes fundadores son considerados obras fundamentales de la escultura neoclásica española.

 

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La decoración pictórica de la bóveda, cúpula y pechinas fue realizada por los hermanos 1755 y 1757 por los hermanos González Velázquez, bajo la dirección del pintor italiano Corrado Giaquinto. Los temas representados corresponden fundamentalmente a tres motivos iconográficos: la Virgen, los santos patrones de los reyes fundadores y San Francisco de Sales. De este modo, sobre la capilla mayor tenemos la escena de la Coronación de María, mientras que en la cúpula aparecen representadas la Anunciación, la Natividad, la Presentación del Niño en el templo y la Asunción de la Virgen, rodeadas por figuras alegóricas de las Virtudes. Los santos patronos, San Fernando y Santa Bárbara, son representados a los lados del crucero. En las pechinas tenemos a los cuatro evangelistas. Por último, San Francisco de Sales aparece en dos escenas recogidas en la nave del templo.

 

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Una de estas escenas es en la que se está trabajando en estos momentos. Se sitúa en la bóveda que cubre el último tramo de la nave, a los pies de la iglesia, sobre el coro alto, y representa la Predicación de San Francisco de Sales.

Esta pintura está realizada al temple sobre fábrica de yeso y su estado de conservación es muy grave a causa fundamentalmente de la acción de la humedad. Su restauración consistirá en la retirada de los depósitos de polvo, la fijación de la capa pictórica, la eliminación de sales y repintes, su reintegración volumétrica y cromática y la aplicación de protección final.

En la capilla mayor encontramos el retablo diseñado por Carlier, con relieves y esculturas de Olivieri, y el lienzo de Francesco de Mura que representa de nuevo la Visitación de la Virgen. Realizado en mármol verde de Granada y bronce dorado, se organiza en un único cuerpo, flanqueado a los lados por tres grande columnas de serpentina, con basas y capiteles de bronce dorado. En el centro acoge el lienzo de Mura. En el ático aparece un relieve con San Francisco de Sales adorando a la Santísima Trinidad, flanqueado por las virtudes de la Religión (izquierda) y la Caridad (derecha). A los lados del retablo se encuentran las esculturas en mármol blanco de los santos patrones.

A ambos lados del presbiterio, entre dos columna de mármol morado de Cuenca se abren dos puertas. La de la izquierda da acceso a la sacristía, y sobre ella se sitúa la tribuna regia, que comunicaba con el Cuarto Real. Es de madera dorada y acristalada, y en su parte superior se disponen los escudos de España y Portugal. En frente de la tribuna se localiza el antiguo coro bajo o capilla reservada.

 

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Esta capilla es de forma rectangular y se cubre con una bóveda rebajada con lunetos y decoración de yeserías. En la zona central del techo hay una pintura de la Adoración del Nombre de Dios, realizada por los hermanos González Velázquez. La decoración de la capilla sigue el modelo del barroco francés, empleándose el orden jónico. En su testero o frente se levanta un retablo de mármol blanco con el grupo escultórico de la Sagrada Familia, firmado por Olivieri.

El pavimento de la capilla es de maderas nobles, con preciosos dibujos geométricos. Sus franjas laterales fueron reconstruidas en 1967 para igualar las zonas en las que se situaba la sillería del antiguo coro.

En el lado derecho de la capilla se encuentra el sepulcro de Santa Bárbara de Braganza. Su diseño fue encargado por Carlos III a Francesco Sabatini, ocupándose de la parte escultórica Juan León, aunque fue finalizado por Francisco Gutiérrez. El sepulcro se encuentra cobijado por un arco de medio punto, realizado en mármol y bronce. En su parte superior luce un medallón con el busto de la reina, sujetados por dos ángeles. En el centro del sepulcro se observa una calavera con tibias, símbolos de la muerte, y el escudo real de Portugal. A los lados, dos ángeles lloran la muerte de la reina.

El sepulcro de Fernando VI se localiza junto al crucero, en el lado de la epístola. Fue también encargado por Carlos III a Francesco Sabatini y Francisco Gutiérrez. Está realizado en pórfido y mármol, y se encuentra rematado por un arco de medio punto, en cuya parte superior aparece el escudo real de España, sujetado por la Fama y un ángel. En la zona superior del sepulcro encontramos la figura de Saturno, como dios del tiempo, que sostiene un medallón con el retrato de Fernando VI. Debajo, observamos dos bolas terráqueas coronadas, que simbolizan el poderío de España sobre el mundo, acompañadas por ángeles que portan el cetro y la espada, símbolos también del poder, y que levantan un cortinaje que cubre el sepulcro propiamente dicho, asentado sobre dos leones de bronce. En el relieve del sepulcro aparece representado el rey como protector de las artes, y alegorías de las virtudes de su reinado (la Fortaleza, la Justicia, la Paz y la Abundancia).

En el lado opuesto del crucero, encontramos el sepulcro de Leopoldo O’Donnell, duque de Tetuán. Es obra del arquitecto Nicolás de Medivil y el escultor Jerónimo Suñol, y fue realizado en estilo neoplateresco.

Existen cuatro altares laterales, dos a los lados del crucero y dos en la nave. Todos ellos están realizados con columnas de mármol verde de Granada, con capiteles y basas de bronce dorado, y rematados por frontispicios con ángeles y flores de mármol blanco. Albergan cuatro lienzos, que representan a San Fernando recibiendo las llaves de Sevilla (Charles Joseph Flipart), San Francisco Javier y Santa Bárbara conversando con el Niño Jesús (Francisco de Mura o Isidro Carnicero), San Francisco de Sales y Santa Juan Chantal adorando al Corazón de Jesús (Conrado Giaquinto) y el Nacimiento del Señor (Francesco Cignaroli).

En el interior de la iglesia se conserva asimismo el órgano rococó que se encargó en 1756 al organero Leonardo Fernández Dávila, y que fue concluido por el napolitano Monticelli. Su mueble, que pudo ser diseñado por Carlier u Olivieri, cuenta con una fachada de tres caras rematada en una cornisa volada sobre la que se asientan figuras de ángeles músicos, palmas y nubes. Se encuentra totalmente repintada, presentando suciedad, piezas sueltas, grietas y desajustes de paneles.

 

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La intervención en la caja consistirá en la retirada de la suciedad superficial, eliminación de repintes y añadidos, desinsectación, fijación de piezas sueltas, reintegraciones volumétrica y cromática, para finalizar con una saturación de la capa pictórica según los acabados originales.

 

VISITAS GUIADAS A LA RESTAURACIÓN

Para participar es imprescindible inscribirse previamente a través de la página web del programa. La inscripción se abre hoy jueves, 29 de septiembre, a las 12:00 de la mañana.

Las visitas tendrán lugar entre el 10 de octubre y el 8 de diciembre, de lunes a sábado, con turnos tanto de mañana como de tarde. Su duración será de una hora aproximadamente. Disponéis de más datos en el apartado de información práctica de la página web.

La inscripción puede realizarse individualmente o para un máximo de dos personas. En el caso de grupos las reservas sólo se realizarán vía telefónica y siempre que haya disponibilidad de plazas en los turnos ofertados.

Antes de cumplimentar el formulario hay que leer el apartado “Condiciones de la visita”, ya que antes de pulsar el botón enviar del formulario debe marcarse la casilla de aceptación de estas. Tras unos segundos deberá aparecer en la pantalla “Reserva confirmada”, y a continuación recibiréis un correo a la dirección de contacto que hayáis indicado, con la fecha y la hora.

Para cualquier duda que tengáis podéis contactar con nosotros a través del blog, el correo electrónico o el teléfono de atención al público.

¡Os esperamos!